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Comer es una necesidad básica que siempre hemos procurado satisfacer a toda costa. Incluso, ingiriendo alimentos que nos generan saciedad, pero que poco aportan a nuestra nutrición. Más que comer, es importante comer sano.
Somos lo que comemos, “sin alimentación no hay vida y sin buena nutrición no hay salud” (Roselló, 2006). Nuestro cuerpo funciona según los nutrientes que le aportemos.
Comer sano puede reducir el riesgo de enfermedades como la obesidad y la diabetes, así como ayudar a mejorar la salud mental (OMS, 2018). El objetivo es satisfacer tres pilares: nutrición, placer y bienestar.
Es por eso, vecino, que la mejor opción es una dieta balanceada donde consumamos en las medidas justas: proteínas, grasas, carbohidratos, agua, vitaminas y minerales.
Cómo comer sano
Una alimentación balanceada consiste en aportar al cuerpo los nutrientes necesarios para realizar las funciones del día a día. La clave está en la variedad de alimentos.
Comer sano no es restringirse a algún grupo nutricional. Por el contrario, es importante incluirlos en nuestras comidas. Las porciones dependerán de la edad, estado de salud y necesidades de cada individuo (Roselló, 2006).
La Escuela de Salud Pública de Harvard (2011) elaboró el “Plato para comer saludable” en donde indica que, del total de nuestro plato, la mitad debe ser verduras y la otra mitad debe estar dividida entre la proteína y los carbohidratos.
Por ejemplo, tu almuerzo puede ser:
- Mitad de una pechuga de pollo
- Tres cucharadas de arroz
- Lechuga, tomate y aguacate para completar el plato
Además, se recomienda consumir grasas saludables (aguacate, aceite de oliva, soja, maíz, etc.), mantenerse hidratado, y hacer actividad física (Harvard,2011).
Comer sano y no sufrir
Uno de los mayores miedos de las personas cuando les hablan de comer sano es creer que dejarán de disfrutar la comida o deberán restringirse hasta el punto de enfermarse.
La realidad es que podemos comer lo que nos gusta de manera equilibrada y con las porciones justas. Puedes disfrutar de un buen chocolate si lo consumes moderadamente.
Atrévete a probar nuevos alimentos, a crear recetas diferentes y a desacostumbrar a tu cuerpo de aquello que no le trae tantos beneficios.
Beneficios de comer sanamente
Además de influir en nuestro bienestar físico y psicológico, existen beneficios puntuales al comer de manera balanceada (DNPAO, 2021):
- Fortaleces tus huesos y músculos al incluir calcio y vitaminas.
- Recuperas tu cuerpo de lesiones gracias a la proteína que ayuda a tus tejidos y órganos.
- Mejoras la circulación sanguínea puesto que se mantiene controlado el colesterol.
- Tienes mayor energía para el día ya que el organismo puede digerir con facilidad los alimentos.
Hábitos saludables, constrúyelos de a poco
Comer sano parece una tarea difícil cuando tenemos acceso a comidas de preparación rápida y poco nutritivas. Sin embargo, podemos lograr hábitos saludables de a poco.
El primer paso es revisar a conciencia nuestra alimentación diaria. Para ello, te recomendamos escribir día a día lo que consumes en tus tres comidas principales.
Puedes hacerlo en una libreta o en tu celular, apunta cada ingrediente y alimento que consumiste. Esto te ayudará a ser consciente de los nutrientes que le estás aportando a tu cuerpo.
Luego, crea una lista de alimentos saludables que quisieras agregar a tu alimentación diaria. Puedes acudir a un profesional para que te oriente según tus necesidades.
Otra opción es guiarte por los grupos nutricionales eligiendo alimentos de cada categoría para obtener todos los nutrientes que tu cuerpo necesita para funcionar correctamente.
Por último, planea tus comidas semanalmente. De esta forma te ahorras el estrés de pensar qué cocinar cada día y puedes dejar todo listo con antelación.
Más allá de la buena alimentación
Si bien un gran porcentaje de nuestra salud es gracias a la alimentación, existen otros factores que debes implementar en tu rutina diaria para aprovechar al máximo los beneficios de comer sano.
Entre ellos se incluye hacer actividad física al menos media hora al día, pausas activas durante jornadas largas de trabajo y dormir al menos ocho horas. Incluso, tomar una siesta si se requiere.
También es crucial tener una red de apoyo a la que puedas acudir cuando lo necesites. Esta te puede ayudar a mejorar tu alimentación.
Recuerda que comer sano no implica invertir grandes cantidades de dinero, sino aprovechar al máximo todos los grupos nutricionales. Empieza haciendo cambios pequeños en tu dieta y felicítate por lo que día a día vas construyendo para tu bienestar.
Referencias Bibliográficas
Division of Nutrition, Physical Activity, and Obesity, National Center for Chronic
Disease Prevention and Health Promotion. (2021). Benefits of Healthy Eating. https://www.cdc.gov/nutrition/resources-publications/benefits-of-healthy-eating.html
Fundación para la diabetes. (2021). Grupos de alimentos.
https://www.fundaciondiabetes.org/infantil/200/grupos-de-alimentos
Institutos Nacionales de la Salud (NIH). (2019). Planifique su plato.
https://salud.nih.gov/articulo/planifique-su-plato/
Organización Mundial de la Salud. (2018). Alimentación sana.
https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/healthy-diet
Rosselló, María José. (2006). La importancia de comer sano y saludable. DEBOLSILLO.